dissabte, 2 de juliol del 2011

Galicia está repleta de faros, sus escarpadas costas curtidas por un mar enbravecido y un clima tempestuoso ha convertido a estos emisores de luz, intermitente en una herramienta esencial para guiar a los marineros a buen puerto y libra de los insensibles piedras dentadas que franquean las playas galaicas. Como recuerdo de Galicia y de mi estancia allí te traigo ese iluminado y ascético faro.
Proviene de O Grove, un pueblo pesquero de la costa pontevedresa, ubicada cerca de la afamada Illa de Toxa.

El faro es luz en la oscuridad. Eso es lo que fuiste tu, des de que te conocí; una luz radiante, vital y pura que me guió hasta el mejor de los pueros: tú corazón.
Por ello te regalo éste faro como eterno recuerdo de nuestra pasión infinita que creció auspiciada por tu luz: eterno brillo que ilumina noches sin luna.




És, amb quasi total certesa, el més bonic que m'han escrit mai.





<3